Una vez que ha pasado la emoción inicial de quedar embarazada, y a medida que va creciendo la barriga, su mente se centra en el parto. Y, no importa lo leve que sea, no se puede evitar el hecho de que habrá una pérdida de sangre durante el nacimiento de su bebé.

Hierro para un parto normal

Aunque la pérdida de sangre severa durante el parto es rara (5-6 % de las mujeres)y se trata en el hospital, es común tener déficit de hierro y anemia tras el parto.2

Hierro para la cesárea

El número de cesáreas está aumentando en Europa,3 y tanto las cesáreas de emergencia como las planificadas conllevan un mayor riesgo de perder más sangre después del parto que en un parto normal (vaginal).4 La pérdida de sangre después del parto se conoce médicamente como hemorragia posparto. Si le van a realizar una cesárea debido a una complicación con la placenta, es probable que pierda más sangre que otro parto sin complicaciones. Pero, como sabrá esto con anticipación, puede comprobar que sus niveles de hierro sean suficientes para afrontar sus necesidades. Tener déficit de hierro o anemia ferropénica durante los primeros días después del parto puede provocar fatiga y síntomas de depresión, lo que también puede afectar a la forma en que interactúa con su bebé.5 Para obtener más información sobre si tiene riesgo de déficit de hierro, consulte nuestra sección Hierro y madres primerizas. Si desea conocer las consecuencias del déficit de hierro en este importante momento de su vida, consulte Déficit de hierro posnatal

La diferencia entre fatiga y cansancio diario

Quizás pueda pensar que la fatiga forma parte de lo que conlleva estar embarazada y tener un bebé, y es cierto que a veces se sentirá extremadamente cansada. Pero la fatiga es otra cosa. Es una sensación de agotamiento tanto físico como mental6 día tras día y se asocia con el déficit de hierro y la anemia ferropénica.7

Referencias